Muy a menudo nuestros alumnos nos hacen llegar comentarios vía correo electrónico, mensajes en nuestra web o en otros espacios de Internet. Suelen hablar bien de nuestros profesores, barcos o personal de la escuela. Quisiéramos destacar el comentario de Daniel, quién ha decidido dedicarse al mar y ha encontrado en Escola Port el lugar perfecto para asesorarse, aprender e iniciar esta nueva andadura. Ahora ya ha conseguido todos los certificados que necesitaba y tiene fecha para embarcarse. ¡Felicidades, Daniel!
“Mi nombre es Daniel Molinero, tengo 25 años y hace poco acabé los cursos de navegación en Escola Port.
Lo primero que hay que mencionar, es la facilidad que dan para escoger una escuela, ya que los cursos son relativamente caros de realizar, miré en todas las escuelas que pude de Barcelona para comparar precios y calidad, y como siempre, en todas las escuelas lo que priorizan siempre al 100% era el precio, no lo explicaban del todo bien y al menos yo, no me sentía muy cómodo.
Cuando llegue a Escola Port, no mentiré, tan solo vi una escuela más, pero a veces la vida te sorprende… Me atendió una chica llamada Vanessa, y por fin alguien me preguntó por lo que buscaba, en mi caso, trabajar en un crucero.
Me explico cuáles eran los cursos necesarios para eso, cuales solían pedir, cuales no hacían falta y me enseñó la escuela, luego me explico el modo de pago (que encima era más barato y con más facilidades que las otras), el cual confirme al día siguiente.
No sabía nada de lo que suponía dedicarse al mar, pero al empezar el curso me di cuenta que podía aprender más de lo que me esperaba, los profesores muy cualificados para responder cualquier pregunta que se te ocurra.
Al acabar el primer curso (en mi caso el básico, STCW-95) se hacen unas prácticas muy realistas a mar abierto de supervivencia, ya que, en mi opinión, si se hacen en una piscina o algún otro lugar, no llegas a vivir la experiencia que puede ser un abandono de barco, con sus mareos, la gente nerviosa y teniendo que pensar en lo que hay que hacer para que todo salga bien. Puede parecer algo “duro”, pero está muy bien controlado y hay profesores e instructores para lo que haga falta.
Después (o antes, como en mi caso) también se hacen unas prácticas contra incendios para que te quede claro cómo funciona el fuego, una cosa es lo que se aprende en clases, pero si después vas a un campo realista, con fuego de verdad, mangueras de bomberos y extintores varios; allí es donde realmente se entiende del todo.
Al acabar el primer curso en el mismo centro ya conoces a gente que se va a dedicar a ello como tú, haces contactos y aprendes vivencias de algún veterano, ya que, aunque las clases sean serias, al final acabas hablando con todo el mundo.
Aunque la mejor fuente de información para mí fue Lorena de recepción, que siempre me aguanto y ayudó a buscar (y encontrar) trabajo de lo que buscaba.
Mientras acababa mi tercer curso (después de seguridad marítima hice buques de pasaje), cogí cariño a la escuela y a la gente, y como aún tenía cosas que hacer en tierra antes de embarcar decidí seguir haciendo cursos, ya que van abriendo varios constantemente.
Finalmente acabé haciendo un total de 6 cursos, los dichos previamente, botes de rescate rápidos y no rápidos, donde me volví a encontrar a Jose, profesor que aparte de enseñarme a hacer las maniobras (con mucha paciencia), nos enseñó varios nudos marineros.
Y un curso de primeros auxilios, ya que nunca viene mal saber sobre ello…
Después de todos los cursos, Lorena y Vanessa te explican cómo conseguir fácilmente todos los títulos oficiales en la marina mercante. Con los cuales ya estas listo para embarcar.
En mi caso, acabé los cursos hace un par de semanas y con los consejos que me dieron, mi fecha de embarque es menos de un mes a la posición que pensaba que tardaría un par de años en conseguir…
Por lo que, si dentro de 5 años sigo trabajando en el mar, ya no tengo que pensar a
qué escuela ir, lo tengo muy claro, como varios contactos que hice y me preguntaron donde sacarse los cursos… Escola Port, Barcelona.”