Volvemos a hablar del mantenimiento de nuestra flota de barcos, esta vez en relación con un problema en la jarcia que hemos encontrado durante una inspección rutinaria.
Aprovechamos que vamos a quitar el mástil para hablar de la jarcia de los veleros, los tipos y sus características y partes más importantes.
Y además, te enseñamos qué trabajos de mantenimiento hemos realizado en nuestro velero en un caso 100% real y práctico.
¿Qué es la jarcia de un velero?
Según el libro Glenans, para muchos la biblia del navegante de recreo, “la jarcia es el motor del velero”.
Es el conjunto de dispositivos que intervienen en la propulsión de la embarcación: las velas, el mástil, la botavara, los obenques, cables, cabos, enrollador… y cualquier otro elemento con dicho fin.
Habitualmente, sin embargo, se diferencian dos tipos de jarcias: la jarcia firme de un velero y la jarcia de labor.
En este post dejaremos de lado las velas y analizaremos estas dos últimas.
¿Conoces sus características y cómo se diferencian?
La jarcia firme de un velero
Se llama jarcia firme de un velero al conjunto de elementos formados por el mástil, la botavara, los obenques y los estays.
Como vemos son los componentes más fijos y/o rígidos de la arboladura.
Su objetivo es proporcionar a las velas una estructura firme sobre la que ejercer la fuerza de empuje, para después transmitirla al casco de la embarcación.
Se trata de de los elementos estructurales más importantes - junto al casco - en cuanto a la seguridad de un velero.
Un fallo en la jarcia firme puede provocar la caída del mástil con las graves consecuencias que ello conlleva.
Entre los diferentes accidentes que podrían ocurrir por el mal funcionamiento de la jarcia firme la rotura del stay de proa sería uno de los más peligrosos, ya que el mástil caería hacía popa pudiendo herir a los tripulantes que naveguen en la bañera.
El palo y la botavara
Habitualmente están constituidos por perfiles huecos de aluminio, mucho más ligeros y resistentes que los antiguos mástiles de madera.
Si bien las embarcaciones más modernas, como los AC75 de la Copa América, utilizan ya el carbono como materialprincipal, ya que ofrece aún mejores características que el aluminio, aunque de momento a un coste prohibitivo para la náutica de recreo.
El perfil hueco permite utilizar su cavidad para albergar cabos de la maniobra o cableados de instalaciones como la luz de tope o la antena de la radio VHF.
Los obenques
Se llama así a los cables que garantizan la sujeción lateral del mástil. La solución más habitual para este componente son los cables compuestos por un cordón de 19 alambres.
También se pueden encontrar varillas macizas formadas por un solo alambre, y aunque ofrecen un mejor compromiso entre resistencia y diámetro, este tipo de obenques son frágiles, resisten peor a la fatiga y no soportan bien la curvatura.
Así, si un cable del cordón de alambres se rompe, la resistencia del obenque se verá reducida en torno a un 20%, mientras que si una varilla maciza falla, automáticamente el obenque dejará de trabajar poniendo en peligro toda la estructura.
Un
velero con los cables o las fijaciones de la jarcia fija rotos, fisurados o
en mal estado no debería navegar dado que un fallo en la arboladura puede
acarrear graves consecuencias para el barco y su tripulación. |
Otros elementos secundarios de la jarcia firme pueden ser el enrollador del foque, el botalón, las crucetas, el pinzote y los tensores, entre otros.
Los terminales, ¿de bronce cromado?
La unión del cable de acero a las fijaciones de la jarcia en la cubierta es una de las partes más críticas de la arboladura y donde más se suelen deteriorar los obenques.
Esta unión se compone de tres elementos principales:
● El final del cable, que tendrá un final roscado (macho) - De acero inoxidable
● Un tensor de roscado hembra - De bronce cromado
● Fijación en cubierta - Acero inoxidable
El problema más habitual en este tipo de uniones es que se suelen atascar. El salitre, óxidos y las grandes tensionesque soportan hacen que no sean fáciles de desmontar.
Si debido a las grandes fuerzas que habrá que aplicar para aflojar un obenque se estropea alguna de las roscas, es mejor que lo haga la del tensor - que será muy fácil de reemplazar - y no la del cable, que implicará cambiar todo el obenque.
Es por eso que es preferible que los tensores sean de bronce cobrado, un material más blando que el acero inoxidable, y que sean estos los que fallen en caso de atascos o altas tensiones.
En el caso práctico que desarrollamos al final del post encontrarás un ejemplo con fotos de cómo se cambia la jarcia fija de un velero.
La jarcia de labor de un velero
Se denomina jarcia de labor al conjunto de drizas, escotas, amantillos, trapas o cualquier cabo que tenga como objetivo la maniobra de las velas.
Junto a las poleas, aparejos, bloqueadores y mordazas (acastillaje) permiten a los tripulantes ajustar desde la posición de las velas, hasta la forma y la curvatura del palo, con el fin de conseguir el mejor trimado posible.
Si bien en la antigüedad se utilizaban materiales de fibras naturales en la jarcia de labor (piel de mamíferos marinos los vikingos, fibra de coco los persas, papiro los egipcios…), en la actualidad se fabrican de fibras sintéticas.
Los materiales más habituales para este tipo de cabullería son el polipropileno, la poliamida y la aramida entre otros.
A diferencia de los cabos de fibras naturales, los sintéticos no se pudren, no se hinchan con la humedad y son mucho más resistentes a la tensión, al rozamiento, al sol o a ambientes tan exigentes como el marino.
Mantenimiento de las jarcias de un velero - Caso práctico
Ahora que conocemos bien las partes y componentes de la jarcia, vamos a presentar un caso práctico de renovación de la jarcia fija que hemos realizado en un barco de nuestra flota.
Se trata del Captain Spider, un Jeanneau 509, al que en una inspección rutinaria se le detectó una fisura en la terminal de uno de los cables:
Si bien la jarcia de este barco tenía 7 años y la recomendación es cambiarla cada 10 años, este problema fue razón suficiente para tomar la decisión de renovar por completo los obenques, terminales y acastillajes de la jarcia fija.
El proceso ha sido el siguiente:
Primero, se quitan la botavara, escotas y drizas para dejar la arboladura limpia y poder empezar a aflojar los obenques.
Será necesario el apoyo de un camión pluma para sujetar el mástil mientras se destensan los obenques, ya que son los elementos que lo aseguran en su posición.
Cómo aflojar un obenque
Es muy habitual que los terminales de los obenques, en su unión con los tensores, se atasquen al tratar de aflojarlos.
Para realizar la tarea será necesario contar con las herramientas adecuadas que nos permitan ejercer mucha palanca, para lo que se utilizarán grandes llaves inglesas, cuanto más largas mejor.
Sin embargo, no siempre la fuerza bruta es suficiente para poder aflojarlos.
En caso de que no consigamos hacer girar el tensor, se puede aplicar calor con un soplete de gas y en el momento que coja un poco de holgura aplicar algún spray con aceite de tipo 3 en 1.
El calor y el lubricante ayudarán en la tarea y con suerte se podrá desenroscar el obenque.
La última de las opciones sería cortar el cable con una radial, para lo que habrá que cerciorarse de que el mástil está bien asegurado por el camión pluma.
Una vez desmontado el mástil se puede trabajar sobre él, aprovechando para hacer una inspección estructural, revisar los cableados interiores y renovar la obencadura para volver a montarlo en su lugar.
El mástil de nuestro Captain Spider tiene una longitud de unos 22 metros, y tras haber navegado en una tormenta eléctrica este verano algunos alumnos de nuestras titulaciones náuticas nos preguntaban lo siguiente:
¿Qué pasa si cae un rayo en un barco?
Aunque se trata de un escenario que de verdad asusta, la ciencia tiene algunos datos muy interesantes que contarnos.
Y es que estadísticamente, es remota la probabilidad de que un rayo caiga sobre un barco.
En teoría, un palo solo atrae los rayos en un perímetro igual al doble de su altura. En el caso de nuestro velero, se trataría de un radio de 44 metros alrededor del barco.
La cuestión es que la región en la que nos encontramos la probabilidad de que caiga un rayo en esta superficie es de 1 cada 50 años.
Por lo tanto, si navegamos a través de una tormenta eléctrica podemos tranquilizarnos pensando que la estadística está a nuestro favor, aunque eso no significa que no tengamos que tomar ciertas medidas de seguridad.
¿Cómo se protegen los barcos de los rayos?
La normativa (ISO 10134 para embarcaciones de menos de 24 metros) obliga a que el pie del mástil esté conectado eléctricamente a los pernos de la quilla.
En el hipotético caso de que un rayo caiga sobre el mástil de un velero, este bajaría a través del propio palo, de aluminio, antes que por los cables de acero inoxidable de los obenques, que son menos conductores.
La electricidad que atraviesa el mástil llegará a los pernos de la quilla, que es habitualmente de hierro fundido o de plomo actuando como punto de “toma de tierra” del velero.
La conexión entre el mástil y la quilla se hará utilizando una trenza metálica con un calibre mínimo AWG 4, es decir, de unos 25mm2 de sección.
Sin duda el hecho de haber desmontado el mástil es un buen momento para revisar la puesta a tierra y asegurar de que la conexión entre el palo y los pernos de la quilla está firme y libre de óxido.
Los trabajos de mantenimiento sobre las embarcaciones de nuestra flota nos permiten profundizar en temas y compartir lo que hacemos y aprendemos con nuestros lectores.
En este caso hemos analizado la jarcias firme de un velero y la jarcia de labor, a través de sus componentes y características principales aprovechando su renovación en uno de nuestros veleros.