Opinión del curso de navegación a vela básico (por Lili)
La experiencia de Lili, reconectando con sus raíces, a través de la navegación a bordo de un velero. ¡Nos da su opinión del curso de navegación a vela de Escola Port!
Crecí junto a una madre deportista que me dio a conocer una piscina olímpica antes que mi primer chupete. Profesora de natación y remera amateur, mentora, me presentó “el agua” como un parque de diversiones, lleno de aventuras y juegos donde la adrenalina y la sensación de libertad están al alcance de la mano.
Así fue que nadé mucho, mucho, hasta que me desencontré con la niña que disfrutaba danzar bajo el agua y sentirse una sirenita.
Pero mi deseo de deporte y de conectarme con mi niña interior seguían latentes. Probé varias alternativas. Comencé a remar, entrené en piscinas y en río, probé surfear y hacer paddle surf y todo me divertía, pero nada me re-encontraba con la que había sido.
Pasaron los años y una tarde de sol en Barcelona un amigo me invitó a un velero en la zona de Port Olímpic. Nunca había conocido uno. “Este es el timón, y estos son los cabos, la proa, la popa…” me contaba el anfitrión de la velada que me abriría las puertas al mundo de la náutica y quien más tarde me presentó la Escola Port.
Comencé a pensarme nuevamente en el agua, pero no desde dentro, sino junto a ella y que mejor forma de volver a danzar en mareas que navegándolas. Y aunque siempre me habían gustado los barcos, inevitablemente imaginaba en la náutica un mundo puramente masculino, de viejos marineros, donde simplemente, por razones sociales y culturales, no encajaría.
¿Cómo empezó la experiencia del curso de navegación a vela básico?
¡Felicitaciones! ¿Vienes a navegar? ¡Te esperamos en Mujeres al Timón!– decía el correo de respuesta de la escuela después de haberme apuntado a la iniciativa MUJERES AL TIMÓN que la escuela (@escolaportbarcelona) estaba promocionando en Instagram. Y allí fui, con una gran intriga y muchas ganas de aprender a navegar a vela.
Llegué al Port Olimpic donde me esperaba un grupo de 4 mujeres junto a un profesor de la Escuela, Juan Manuel, alias “Venezuela”.
En mis compañeras se reflejaba la misma emoción que yo sentía. Una esperanza a participar y a ser parte de una experiencia increíble.
Empezamos con un curso teórico en una de las aulas, donde abundaban nomenclaturas y dibujos de nudos básicos y de viradas y trasluchadas…todo un mundo nuevo para mí lleno de ilusiones y ganas de aprender y estar lista para enfrentar el mar.
Tras las historias y explicaciones del por qué de la importancia del viento para el rendimiento del velero, nos fuimos a conocer la embarcación: el “Venezuela”, un J80 bautizado, y no por mera coincidencia, en honor a quien nos llevaría a navegar.
¿Cómo fue la sensación a bordo, aprendiendo a navegar?
Nos dividimos a cada lado del velero para que el peso estuviese equilibrado. Tomamos los chalecos salvavidas, quitamos los amarres, el profesor encendió el motor y partimos.
Venezuela comenzó a recitar palabras técnicas como si fuesen poesía. Se notaba que es un apasionado por lo que hacía y eso nos alentaba a intentarlo. Nos presentó a nuestro nuevo amigo fiel, el viento, quien nos acompañaría durante toda la mañana.
Todas estábamos atentas a las indicaciones: “El barco debe estar aproado al viento para izar la vela… cazar la escota… mirar la veleta”
Entre dos quitamos la funda de la Vela Mayor, ayudamos a levantar la botavara y junto al profesor izamos la vela, desplegando lo que nos daría la posibilidad de avanzar. ¡Éramos marineras!
Si bien todo era desconocido, nos sentíamos a gusto. Los conocimientos y la experiencia del profesor se combinaban con el poder de la naturaleza dando lugar a que nos relajáramos mirando el horizonte, pero siempre concentradas y a la espera del próximo paso a seguir. El mar nos dejaba fluir en él.
El mejor momento llegó. Una brisa se avecinaba y Venezuela nos advirtió que era el momento de virar. A la cuenta de “3”, cada una de nosotras en su posición, cambiamos el rumbo y logramos una maniobra que nos dio confianza a seguir y a creer en nosotras mismas.
Decidí ser la última en tomar el timón y cuando lo hice, finalmente encontré a la niña que había sido y a todas sus versiones; en la piscina, en el río, en el remo. Eran todas mis versiones, esperándome… y las abracé, y nos volvimos una.
¿Cuál es su opinión sobre el curso de navegación?
“Porque de eso trata ser una mujer al timón; del poder, de derrumbar esa barrera de lo que creías imposible para empoderarte, de conectar con lo que buscabas en tu interior para encontrarte y sentirte libre en un mar que te invita a la aventura de ser única, de ser tu mejor versión al mando”
Atrévete, no creas que no puedes.
Gracias Escola Port por esta maravillosa experiencia.
Agradecemos este bonito testimonio de Lilian Cali, que realizó su curso de navegación a vela básico en Escola Port el 9 de Noviembre de 2019.